En el corazón de Salamina se encuentra una esquina emblemática, donde la historia y los recuerdos se entrelazan en cada uno de sus rincones. En este lugar, en la esquina de la carrera 6 con la calle 5, se encuentra actualmente el Café El Embajador, pero su trayectoria y transformaciones a lo largo del tiempo son fascinantes.
Antiguamente, esta casa pertenecía a don Alberto Serna y su esposa doña Elena Henao, quienes vivieron allí por muchos años. En este lugar, donde hoy se disfrutan deliciosas tazas de café, una ferretería tuvo su funcionamiento. Sin embargo, don Javier Gómez Botero, quien guarda en su memoria los detalles de la época, cuenta que antes de eso, había un almacén de unos turcos en el cual los vecinos encontraban los productos que necesitaban para su día a día.
Un incidente trágico ocurrió en aquel lugar. Hubo un incendio y el dueño del establecimiento decidió sacar la mercancía a la calle, pero la desesperación llevó a que las personas se aprovecharan y comenzaran a llevarse los productos sin pagar. María, la esposa del propietario, decidió ponerle llave al local, dejando que todo quedara consumido por el fuego, una dolorosa muestra de desesperación y descontento ante la situación.
Más allá de estas vivencias trágicas, la esquina de la carrera 6 con la calle 5 también fue escenario de otros emprendimientos comerciales. Justo donde actualmente encontramos el café La Bastilla, en aquel entonces estaba la peluquería de Manuel S. Botero Hoyos, un lugar donde los salamineños se reunían para recibir un corte de cabello y compartir anécdotas del día a día.
Continuando con el recorrido comercial por esta esquina, sobre la carrera se encontraba la confitería de Antonio Betancourt, un lugar que seguramente endulzaba los días de muchas personas con sus deliciosos productos. Además, existía un pequeño local en el que se encontraba una agencia de transporte conocida como La Norteña, que servía de conexión con otras regiones y permitía a los habitantes de Salamina estar conectados con el mundo exterior.
La esquina de la carrera 6 con la calle 5 en Salamina guarda historias de comerciantes valientes, transformaciones sucedidas el paso del tiempo y vivencias que se entretejen con la vida cotidiana de sus habitantes. En cada uno de sus establecimientos se respiran recuerdos de épocas pasadas y se percibe la importancia que tuvieron para la comunidad. Esta esquina es testigo de la evolución de un pueblo, un lugar que, a través de sus emprendimientos y comercios, ha tenido un papel fundamental en la vida de Salamina.
