Nestor Jaime Naranjo: Un Legado de Servicio y Corazón Comunitario

Néstor Jaime Naranjo Soto, militar retirado y líder comunitario, combatió en zonas críticas de Colombia, se formó como piloto en EE.UU. y hoy impulsa proyectos sociales en Salamina. Condecorado por su servicio, transforma vidas mediante deporte, educación y ayuda humanitaria.

Por Eleuterio Gómez V. – Jefe de Redacción La Revista

En las veredas onduladas de Salamina, Caldas, donde el aroma del café se mezcla con las historias de esfuerzo y resistencia, nació un hombre destinado a trascender fronteras físicas y morales. Néstor Jaime Naranjo Soto, conocido como El Coronel, vino al mundo el 21 de febrero de 1976 en Portachuelo, un paraje rural donde las parteras eran las arquitectas de la vida. Hijo de padres trabajadores, su infancia temprana transcurrió entre el ir y venir de las veredas El Águila y El Tigre, espacios donde la tierra enseñaba lecciones de humildad y perseverancia. A los seis años, ya con la curiosidad del mundo grabada en sus ojos, inició su educación primaria en El Tigre, un lugar que, aunque modesto, sembró en él las primeras semillas de disciplina.

Raíces y Primeros Pasos: La Forja del Carácter

La familia Naranjo Soto, como muchas en el campo colombiano, se movía al ritmo de las oportunidades laborales. Cuando Nestor Jaime tenía alrededor de nueve años, se establecieron en Salamina, ciudad que se convertiría en el eje de su identidad. Allí, en la Normal Superior María Escolástica, culminó su primaria y forjó amistades que perdurarían décadas. Su adolescencia, sin embargo, tuvo un giro decisivo al ingresar al Colegio Pío XII. Fue en esas aulas donde maduró su vocación de servicio, alimentada por las historias de honor militar que escuchaba en su comunidad.

A los 18 años, con la determinación de quien ve en el uniforme una segunda piel, partió a Bogotá y el 20 de enero de 1995 cruzó las puertas de la Escuela Militar de Cadetes «General José María Córdoba», iniciando un camino que lo llevaría a convertirse en Subteniente de Infantería el 1 de diciembre de 1997. Su graduación no fue solo un logro personal, sino un tributo a sus raíces campesinas: «Llevaba a Salamina en cada paso que daba en el campo de entrenamiento», confesaría años después.

El Soldado: Entre Selvas y Cielos

Su primer destino fue el Batallón de Infantería N.º 42 Joaquín París, en San José del Guaviare, una región entonces azotada por la violencia guerrillera y el narcotráfico. Allí, entre operativos bajo la lluvia inclemente de la Amazonia, aprendió que la verdadera estrategia militar no estaba en los manuales, sino en la conexión con las comunidades. «Un soldado no solo lleva un fusil; lleva esperanza», repetía a sus subalternos.

En 1999, su carrera dio un giro audaz. Tras un riguroso proceso de selección motivado por éxitos operacionales en su anterior unidad, ingresó al Instituto Militar Aeronáutico, donde su destreza técnica y liderazgo lo destacaron entre muchos aspirantes. Fue uno de los seleccionados para entrenar como piloto, y luego, por su excelente rendimiento académico y bajo el paraguas del Plan Colombia, viajó a Fort Rucker, Alabama, en el año 2000. Allí, en tierras estadounidenses, se graduó como piloto militar, dominando aeronaves como el emblemático Bell UH-1H Iraquois (HUEY) que más tarde, tras una transición al muy versátil helicóptero BLACK HAWK volaría sobre los paisajes más hostiles de su país.

De regreso a Colombia, Naranjo Soto recorrió el país como piloto militar, ascendiendo rápidamente a piloto al mando e instructor. Su experiencia y liderazgo lo llevaron a ser seleccionado dentro de una comisión como asesor en la lucha contra el narcotráfico en México, donde compartió sus conocimientos con las fuerzas armadas locales.

Pero su mayor orgullo no eran las misiones cumplidas, sino haber transportado medicinas a comunidades aisladas o evacuado heridos bajo fuego cruzado. «En el aire, uno entiende que la patria no es un mapa, sino la gente que sufre y sueña», reflexionaba.

El Instructor: Semillas de Conocimiento

Su perfil académico —Profesional en Ciencias Militares y Especialista en Seguridad y Defensa Nacional— lo llevó a roles formativos. Como instructor graduado en Fort Rucker y Reno, Nevada, moldeó a nuevas generaciones de pilotos en Colombia, inculcando no solo técnicas de vuelo, sino ética y resiliencia. «Un buen piloto calcula el viento, pero un gran piloto calcula el impacto de sus decisiones», solía decir.

En 2020, su trayectoria lo ubicó en la Escuela Superior de Guerra en Bogotá, como Jefe del Departamento Académico y luego Administrativo. Desde allí, impulsó programas que integraban tácticas militares con enfoques humanitarios, algo revolucionario para la época. El paso por esta importante escuela de capacitación donde valga la pena decir, se forman los futuros Generales de la República, Naranjo tuvo la difícil tarea de regir los destinos administrativos de esta unidad desempeñándose como el ordenador del gasto para la época.

El Retiro: Salamina como Sinfonía de Vida

En 2021, tras 26 años de servicio y unos cuantos meses, Naranjo colgó su uniforme. Pero su retiro no fue un adiós, sino un renacer. Regresó a Salamina con un propósito claro: devolver a su tierra lo que la vida le había dado. Abrió una tienda de bicicletas, Ciclomontañismo Salamina, que pronto se convirtió en un movimiento social. Organizaba rodadas nocturnas los miércoles y excursiones dominicales, atrayendo a cientos de jóvenes. «La bicicleta no es solo un vehículo; es un puente para alejarlos de los vicios», explicaba. El grupo llegó a ser el más activo del norte de Caldas, un logro que celebraba con más entusiasmo que sus medallas militares.

Su compromiso con la comunidad también se refleja en su participación en la comunidad religiosa de Emaús y colabora en diversas actividades. Junto a los ciclomontañistas, organiza campañas anuales para entregar útiles escolares a niños de veredas vulnerables.

Su compromiso social se ramificó:

• Fundada y legalizada por en 2022. Naranjo Soto es el fundador y vicepresidente de la Asociación de Veteranos de Salamina, una organización que busca apoyar a los veteranos y sus familias, brinda apoyo psicológico, legal y económico a exmilitares. Como vicepresidente, gestionó alianzas con entidades públicas para becas educativas. También es vicepresidente de la Federación Departamental de Veteranos, donde representa los intereses de los veteranos de Caldas.

• Ayuda a comunidades vulnerables: Su labor social se extiende a la organización de eventos para ancianos, la entrega de pañales y artículos de aseo a madres de recién nacidos en condiciones de vulnerabilidad y la promoción del billar a tres bandas como deporte formativo para niños y jóvenes.

• Proyectos innovadores: Como el Campeonato Relámpago de Billar a Tres Bandas para niños, adolescentes y mujeres, rompiendo estereotipos sobre este deporte. «El billar enseña geometría y paciencia; es un juego de mentes estratégicas, no de tabernas», insistía.

Un Desafío Electoral en Salamina, Semilla de Cambio y Esperanza.

En el escenario político de Salamina, Naranjo Soto emergió en 2023 como una figura disruptiva, desafiando el statu quo y presentando una alternativa fresca y ambiciosa para dirigir los destinos de su comunidad. Su candidatura, impulsada por un profundo sentido de pertenencia y un deseo genuino de transformar su «Patria Chica», se enfrentó a candidatos con una larga trayectoria política local, generando un contraste marcado entre la vieja guardia y la nueva visión.

Su plan de gobierno, concebido como un proyecto de inclusión y renacer político, resonó con una parte significativa de la ciudadanía, cansada de las prácticas políticas tradicionales y ávida de un cambio real. Naranjo Soto logró conectar con los votantes a través de un discurso cercano y propuestas concretas, evidenciando un profundo conocimiento de las necesidades y aspiraciones de la comunidad.

A pesar de no contar con el respaldo de las maquinarias políticas tradicionales, su campaña logró movilizar a un importante número de ciudadanos, quienes vieron en él una opción de cambio y esperanza. El resultado electoral, aunque adverso, con un 20.93% de los votos que lo ubicaron en tercer lugar, por debajo de Luis Eduardo Ríos (21.95%) y del actual alcalde (31.91%), evidenció el impacto de su propuesta y el surgimiento de una nueva fuerza política en Salamina.

Su participación en las elecciones de 2023 marcó un punto de inflexión en la historia política local, evidenciando un deseo de cambio y sentando las bases para futuros proyectos de inclusión y transformación. Naranjo Soto demostró que es posible desafiar el poder establecido y construir un proyecto político desde la ciudadanía, inspirando a nuevas generaciones a involucrarse en la construcción de un futuro mejor para Salamina.

Fe y Familia: El Cimiento Invisible

Naranjo atribuye su resiliencia a dos pilares: su fe católica y su familia. En 2016, un retiro espiritual con la comunidad de los Misioneros de la Caridad marcó su camino de servicio. En Salamina, se unió a grupos parroquiales, aunque admite que «Dios no solo está en los templos, sino en las sonrisas que ayudamos a construir».

El Coronel es un hombre que ha dedicado su vida al servicio de su país y su comunidad. Su liderazgo, compromiso y espíritu de servicio lo convierten en un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones.

Esposo y padre dedicado, equilibra su labor social con tardes de fútbol con sus hijos y paseos en bicicleta junto a su esposa, además de la entrega y evidente amor y respeto por sus padres Guillermo e Inírida con quienes se le ve en las tardes caminando por el parque principal del municipio. «Ellos son mi mayor rango honorífico», confiesa.

Legado: Un Héroe Sin Capa

Hoy, a sus 49 años, Néstor Jaime Naranjo encarna una rara combinación: la fortaleza del militar y la ternura del servidor. Su historia no es la de un superhéroe, sino la de un hombre que entendió que la verdadera valentía está en levantar a otros. Desde las selvas del Guaviare hasta las rectas calles de Salamina y los empinados caminos de las veredas, su vida es un testimonio de que las armas más poderosas no son las de fuego, sino las de amor y entrega.

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