En el devenir de los seres humanos, el papel protagónico de la mujer empieza a ser notorio, luego de una larga espera para conquistar espacios que le fueron vedados durante siglos. Sin atender a ningún asunto de carácter religioso, político, social, raza, origen o similares, se hace una corta semblanza de algunas mujeres que en su paso por diferentes frentes han dejado huella y a manera de homenaje, esta cita de la vida de algunas para inspiración de sus congéneres.
Angela Dorothea Kasner
Nació el 17 de julio de 1954 en Hamburgo (Alemania). Años después adoptó el apellido de casada, MERKEL, como se conoce en el mundo a esta líder europea quien durante dieciséis años consecutivos, desde 2005 hasta 2021, ejerció el cargo de Canciller, equivalente al de Jefe de Estado Alemán, en un medio dominado durante siglos por un patriarcado cerrado y sectario.
Física de profesión, vivió en Templin, durante treinta y cinco años, ciudad ubicada en la República Democrática Alemana, que hacía parte del bloque comunista. Fue su padre un Pastor Protestante de quien aprendió el servicio para los demás, pues su casa era refugio para discapacitados. Alumna sobresaliente, científica dedicada, supo caminar con tino y paciencia en el masculino y competido mundo de la política tanto regional como nacional en su país. Así lo certifica con lo expuesto en un discurso de graduación en la Universidad de Harvard en 2019 cuando dijo: “El muro de Berlín limitó mis posibilidades. Se interpuso literalmente en mi camino. Pero hubo una cosa que aquel Muro no logró en todos esos años: no logró limitar mis pensamientos, mi personalidad, mi imaginación, mis sueños y mis deseos” (Crónica de una Era. ANGELA MERKEL. Ana Carbajosa. Pag. 42. Editorial Planeta. 2021)
La biógrafa de Angela Merkel, dice en la introducción de su libro, para reconfirmar lo escrito atrás que ella “…creció y pasó parte de su vida de adulta en la RDA, donde se convirtió en una física respetada. Allí se forjó su personalidad. En aquel régimen totalitario aprendió a escuchar, a ser ambigua, a leer entre líneas y, sobre todo, a esperar. Aquellos aprendizajes resultarían claves después para su supervivencia política…” Con el paso de los días se acuñó esta actitud como el “método Merkel” entre los especialistas en temas de negociación y administración pública.
Mereció elogios por el manejo acertado que hizo de la pandemia del coronavirus (covid19) y de la multitudinaria inmigración a los países europeos, incluida Alemania, lo que exacerbó a algunos partidos políticos, en especial los de la ultraderecha, sus oponentes.
El ejemplo de Merkel demuestra que no es necesario nacer o hacer parte de la clase dominante de un estado, para llegar a la cima y para ejercer el cargo de mayor responsabilidad con autonomía y eficiencia, lo que le permite una vida tranquila luego de su retiro. Le ven con frecuencia llevando su carro de compras en el supermercado.
Malala Yousafzai
Premio Nobel de la paz en el año 2014; esta adolescente pakistaní, nacida en 1997, desde niña inició una campaña sin descanso por el derecho a la educación para las mujeres de su país, lo que trascendió las fronteras y se tornó universal. Además de la fama adquirida por su lucha, se le recuerda por sobrevivir a un atentado de los Talibanes, grupo político-religioso seguidor del islam.
Al leer el relato autobiográfico de esta valiente niña se experimenta toda una serie de sensaciones que van desde la tristeza, la rabia, la impotencia, hasta la alegría al conocer el desenlace del mismo.
La protagonista de esta historia creció en una aldea dominada por hombres con costumbres machistas, racistas, guerreras y sumida en el atraso propio de las regiones lejanas y relegadas del progreso, por circunstancias políticas, religiosas entre otras, con bajos niveles de educación y desarrollo. La satisfacción de las necesidades básicas no tiene prioridad y la subsistencia se convierte en modo de vida aceptado. Desde muy temprana edad, Malala se mostró orgullosa de pertenecer a su aldea y se proclamaba swati más que pakistaní. E s propio de algunos seres humanos sentir mayor preferencia por su patria chica que por su país. Allí nació en ella su sueño de libertad.
Desde el nacimiento debió enfrentar un ambiente hostil, dadas las razones culturales y tradicionales con respecto al sitio de la mujer en la sociedad pakistaní y demás países de cultura árabe con influencia del islam. El contraste en la celebración, cuando se da el nacimiento de un hijo varón y el de una niña, indica una clara desventaja para esta última en su crianza y papel en el seno del hogar y su medio. Cuánta impresión causa leer esta afirmación en el libro: “Cuando nace una niña es un día triste”
En un entorno como el descrito transcurrieron los primeros años de vida de Malala. Gracias a la influencia de su padre, quien “creía que la falta de formación estaba en el origen de todos los problemas de Pakistán” (cap. 3 pág. 35), empezó a comprender la necesidad de que todas las personas tuvieran acceso a la educación, como herramienta para lograr un mejor futuro, en especial las niñas, a quienes se les tenía como instrumentos de servicio permanente, en labores domésticas y manuales. Esta costumbre se acentuaba por los dictados de sus creencias religiosas y por la presión de los Talibanes, fundamentalistas – extremistas, quienes a la larga fueron los causantes de su tragedia.
Es admirable la convicción temprana de Malala en su propósito por dar a la educación el papel fundamental que debe tener en la vida de cada ser humano. Ni el entorno de guerra interna que afrontaba su país, ni el acoso talibán a su labor ya reconocida en diversos medios de comunicación, ni las limitaciones económicas propias le hicieron desfallecer, por el contrario, todas esas contrariedades parecieron estimular sus ganas y su objetivo.
Malala, a pesar de la edad, era férrea en la convicción al dar la batalla por lograr que las niñas de su país tuvieran educación y lo ilustra con expresiones como: “Cuando alguien te quita el bolígrafo, te das cuenta de lo importante que es la educación” (Pág. 125) o “Pueden impedir que vayamos a la escuela, pero no que sigamos aprendiendo” (Pág. 126). Actualmente vive en Inglaterra y sigue siendo fiel a su causa.
Michelle Obama
Primera dama de los Estados Unidos desde 2009 hasta 2017, manifiesta en su autobiografía “Éramos la familia presidencial número cuarenta y cuatro, y solo la decimoprimera que había pasado dos mandatos completos en la Casa Blanca. Éramos, y siempre seríamos, la primera familia presidencial negra.” Este logro no fue gratuito sino el fruto de una vida dedicada al servicio, además de su preocupación por el estudio y la formación profesional. Abogada certificada por las universidades de Princeton y Harvard, inició su trayectoria laboral enfocada en labores comunitarias con énfasis en la juventud.
Michelle Robinson S. creció en un barrio de clase media baja en las afueras de Chicago, compartiendo la casa de habitación con unos tíos que acogieron a su familia. Nació el 17 de enero de 1964. Cuando trabajaba para una firma de abogados conoció a Barack Obama, con quien contrajo matrimonio en octubre de 1992. Escribió en el libro “Mi Historia”, …”He sido estudiante negra de clase trabajadora en una elegante universidad cuyo alumnado es mayoritariamente blanco.” Desde temprana edad padeció los rigores de la discriminación racial en los Estados Unidos, lo que fortaleció su afán de sobresalir y demostrar que a pesar de los obstáculos, los sueños por una mejor vida se pueden realizar.
“Me crie con un padre discapacitado y sin mucho dinero, en una casa demasiado pequeña de un barrio que empezaba a degradarse; pero también me crie rodeada de cariño y música, en una ciudad diversa y en un país donde la educación puede llevarte muy lejos.” Y dice además que: “Cuanto más me sumergía en la experiencia de ser primera dama, más me atrevía a hablar de forma franca y directa sobre lo que significa estar marginado por raza o género.” “La educación había supuesto el principal instrumento de cambio en mi vida, mi trampolín para abrirme paso hacia mi futuro.”
Como se reitera en las citas autobiográficas, Michelle Obama creyó en el poder transformador de la educación y se convirtió en uno de los cuatro pilares de su trabajo en la Casa Blanca. Esta iniciativa la denominó Let Girls Learn (Dejad que las chicas aprendan). “Se trataba de un proyecto ambicioso que implicaba a todas las áreas del gobierno y cuyo objetivo era ayudar a chicas adolescentes de todo el mundo a conseguir un mejor acceso a la educación.” En el balance de actividades manifiesta como uno de sus principales logros “En el terreno de la educación, Barack y yo habíamos logrado que se destinaran miles de millones de dólares para ayudar a chicas de todo el mundo a escolarizarse como merecían.” Todas estas citas están contenidas en el libro MI HISTORIA. MICHELLE OBAMA. Plaza y Janes. Sexta reimpresión. Año 2019.
María de Los Angeles Cano Márquez
Referente de la mujer librepensadora, escritora y militante partidista de comienzos del siglo veinte, cuyo nombre popular fue el de María Cano. Sus ejecutorias fueron llevadas al cine y la mayoría de las escenas tuvieron como locación principal el municipio de Salamina- Caldas.
Nació en Medellín el 12 de agosto de 1887. Con la semblanza que hace de ella Isabel Rodríguez Vergara, Profesora y Doctora en Lingüística, queda clara su personalidad, “El nombre de María Cano se inscribe en el grupo de mujeres rebeldes y transgresoras del poder oficial en que se agrupan personalidades tales como Manuela Beltrán, Policarpa Salavarrieta, Manuela Sáenz y Antonia Santos. Su contexto biográfico se enmarca principalmente bajo el estímulo de su combatividad política en la década de los años veinte en Colombia.”
A su vez, uno de sus biógrafos, Miguel Escobar Calle, divide en tres las etapas de la vida de esta valiente mujer. “La primera, desde su nacimiento a 1922, cuando empieza a escribir prosas literarias; la segunda, desde 1922 a 1930, de agitadora política y la tercera, desde 1930 en adelante, en retiro de la vida pública política”
Por su compromiso con las causas obreras en la década del 20 al 30 del siglo pasado, fue reconocida con el título de “La flor del trabajo de Medellín” el primero de mayo de 1925, en representación de obreros, pequeños artesanos y contratistas. A partir de entonces emprendió una serie de giras a nivel regional y nacional en tarea de organización del Partido Socialista Revolucionario. En una de esas giras visitó el norte de Caldas en 1927 y días después, en un evento partidista, fue apresada. En 1926 recibió el título de “Flor Nacional del Trabajo”.
Alternó sus actividades de escritora y líder social, algo que se veía como extraño en una época de clara dominación machista. Los primeros escritos fueron publicados en la revista Cyrano en 1921; luego en el Correo Liberal de Medellín y en otras oportunidades en el Suplemento Literario del diario El Espectador, propiedad de familiares suyos.
Su muerte se produjo el 26 de abril de 1967 próxima a cumplir los ochenta años.
Cuando se revisa la historia de Salamina, surgen nombres de mujeres que bien merecen un espacio para resaltar su vida y obra, tal el caso por ejemplo de Maria Martínez de Nisser, quien a pesar de no ser oriunda del municipio, nutrió las páginas de las gestas del Batallón Salamina, al hacer parte activa del mismo, como lo registra un boletín de la Radio Nacional de Colombia, al citarla como una “Escritora de armas tomar”:
Ana María Martínez se casó en 1831, a los 14 años, con Pedro Nisser, ingeniero de minas quien también negociaba con oro. La pareja se mudó a Medellín. Durante la Guerra de los Supremos, que es el primer conflicto interno luego de la independencia y que duró tres años (de 1839 a 1842), ella y su esposo apoyaron el gobierno constitucional. En 1841, cuando sucedió el combate de Salamina, don Pedro Nisser fue apresado y llevado a Rionegro, donde lo encarcelaron y maltrataron. Esta afrenta enardeció los ánimos de Ana María y la llevó a presentarse ante el mayor Braulio Henao para pedirle que le permitiera luchar en su ejército. Y así lo hizo. Se cuenta que se cortó su negra cabellera, vistió uniforme de soldado y batalló enardecidamente (11 marzo, 2021Por: Eduardo Otálora Marulanda)
Otra digna representante del poder femenino local es Agripina Montes Del Valle, a quien calificaron como “la más ilustre de las poetisas colombianas”. Nació el 5 de noviembre de 1844 (Salamina) y murió el 12 de enero de 1915 en Anolaima y sus restos fueron trasladados a su tierra natal en 1974.
Remontándonos a los años de la fundación de Salamina, aparecen los nombres de varias mujeres que hicieron parte de la avanzada colonizadora Ana Josefa García; Trinidad Álvarez Mesa; Micaela Delgado y Manuela Villa, entre otras. Su homenaje sigue en los pendientes.
Se siembra la inquietud para que, como foro abierto, nutramos estas páginas con la mención de otras mujeres que han dado lustre a la historia pasada y actual de Salamina. Queda abierto el espacio y bienvenidas las menciones, citas, biografías y demás. Este exordio puede ser el primer paso. La conmemoración del bicentenario debe tener un capítulo con nombre de mujer.