El Departamento Nacional de Planeación (DNP) publica cada año el seguimiento a la gestión de las administraciones de los municipios, mediante una batería de indicadores, entre ellos los financieros. Existe uno muy importante que el DNP publica en el segundo semestre de cada vigencia, con cifras del año anterior, se denomina INDICE DE DESEMPEÑO FISCAL (IDF) el cual mide y analiza el desempeño fiscal de las entidades territoriales y compara el resultado con el promedio nacional de los municipios de la misma categoría. Algunas de las cifras analizadas, reportadas por los mismos entes son, por ejemplo: nivel de endeudamiento; dependencia de las transferencias; capacidad de generación de rentas propias.
Una vez conocidos los resultados se lista un ranking por cada jurisdicción departamental y las calificaciones por rangos de desempeño son: sostenible, solvente, vulnerable, riesgo y deterioro.
Para el caso de Salamina, según lo muestra tabla adjunta, es evidente que en los últimos cinco años el resultado está por debajo del promedio y se mueve entre los niveles de riesgo y deterioro, los últimos de la escala, por cuanto la cifra para el año 2023, aún por reportar, registrará aumento en el nivel de endeudamiento. Para el año 2022 ocupa el puesto 25 entre los 27 municipios del departamento de Caldas.
Veamos entonces las cifras año a año: (Ver Cuadro abajo)
El nivel de endeudamiento en el año 2022 pasó del 2,8% al 36,2%, es decir, registra un incremento del 1.209.7% y para el año 2023 el panorama no es el mejor por cuanto las deudas se incrementaron por nuevos créditos para ejecución en el último semestre del año. Así lo certificó la Secretaría de Hacienda del municipio el 28 marzo de 2023; reporta dos obligaciones nuevas con saldos por amortizar que suman dos mil quinientos millones ($2.500.MM), para un total adeudado de dos mil ochocientos cuarenta y ocho millones ($2.848.MM). Los créditos fueron desembolsados por INFICALDAS y el Banco DAVIVIENDA, por $500 millones y dos mil millones, respectivamente.
La voz de alerta se fundamenta en la situación de las finanzas municipales que requiere vigilancia y acomodo a las mejores prácticas con el fin de evitar medidas de choque, tales como la intervención a través de la ley 550 de 1.999, que ya padeció el municipio en el pasado reciente, con ingrata recordación porque obligó a la venta de algunos bienes de utilidad pública. Vale recordar, además que, de darse esa eventual reestructuración de pasivos, el margen de maniobra en el uso de los recursos es limitado y que las prioridades se enfocan al saneamiento fiscal, a la amortización de la deuda pública y la provisión para el fondo de pensiones. En el caso de buscar nuevas operaciones de crédito se requiere previa autorización del Ministerio de Hacienda y Crédito Público.
En el acuerdo de reestructuración y en el convenio de desempeño, de darse la aplicación de la ley 550/99, la prioridad en los gastos corrientes del ente municipal relega, como último ítem, los gastos de inversión. Se prioriza el funcionamiento y las obras corren el riesgo de su postergación.
¿Qué hacer?
Entre las recomendaciones para afrontar esta coyuntura están: 1) Mejorar el nivel de ingresos locales con medidas que estimulen la cultura del pago y otras coactivas, de ser necesario, toda vez que la tendencia es a la baja, por ejemplo, en el recaudo del impuesto predial en los últimos tres años (-23%), con mejor respuesta en el sector rural que el urbano. 2) Control de los gastos de funcionamiento y evitar las nóminas paralelas que a veces superan en número y valor a los empleados de planta. 3) Mantener vigilancia del endeudamiento que presenta síntomas de desborde, contrastado con la generación propia de recursos. 4) Mejorar los procesos internos de monitoreo y seguimiento a la ejecución de recursos independiente de la fuente. 5) Creatividad para bajar la dependencia de las transferencias de la nación ya que para el año 2022 fue del 76,9% con crecimiento del 6% con respecto al año 2021.
El DNP aún no publica el IDF de la vigencia 2023, pero con los datos reseñados es probable que el municipio de Salamina continúe con calificación entre riesgo y deterioro, lo que obliga a la administración a la prudencia y adopción de medidas para reorganizar la hacienda pública. Poner la casa en orden también hace parte de las actividades para la celebración del bicentenario.
Julio de 2024.