Para escuchar la radio, pulse el botón Play ▶️. Use la barra para ajustar el volumen a su gusto.

Silenciar la crítica: bloqueos, ataques y resistencia desde Salamina.com.co

El portal Salamina.com.co/larevista enfrenta bloqueos simultáneos en redes sociales y ataques cibernéticos desde Bogotá y Medellín. A pesar de la censura y el sabotaje, se reafirma el compromiso con la crítica, la opinión libre y el derecho comunitario a estar informado sin manipulación.

Silenciar la crítica: bloqueos, ataques y resistencia desde Salamina.com.co

Hace unas semanas, una serie de grupos y páginas de Facebook vinculadas a Salamina decidieron, de forma simultánea, bloquear las publicaciones que realizamos desde nuestro portal Salamina.com.co/larevista. Si bien cada administrador tiene el derecho de aprobar o no contenidos en sus espacios, lo que resulta inquietante es la coincidencia temporal, la sincronía del bloqueo y el contexto en el que se dio: justo cuando nuestro servidor anterior fue injustamente sancionado y nos vimos obligados a migrar a uno nuevo.

La situación se agravó cuando, tras el cambio de servidor, comenzaron ataques cibernéticos sistemáticos desde direcciones IP localizadas en Bogotá y Medellín. Estos ataques no fueron simples intentos de sabotaje técnico: se trató de una ofensiva coordinada que buscaba infectar nuestro portal con scripts maliciosos, phishing y enlaces a sitios pornográficos, con el fin de desacreditarlo, instalar spam y provocar el abandono de nuestros lectores. El objetivo era claro: silenciar nuestras voces, debilitar nuestra credibilidad y castigar nuestras denuncias sobre el manejo administrativo del municipio.

Como parte de la inversión realizada en seguridad para el portal, se habilitó un complemento especializado que permite gestionar las estadísticas de visitas y detectar direcciones IP asociadas a intentos de intrusión. Estos sistemas fueron instalados y puestos en funcionamiento desde el 29 de septiembre. A partir de esa fecha, se generan reportes semanales con mediciones diarias que detallan tanto el número de visitantes como el volumen de visitas. Visitantes se refiere al número de dispositivos únicos que acceden al portal, mientras que visitas indica la cantidad total de páginas consultadas por cada usuario.

Este refuerzo técnico no es casual. Sabemos que este fin de semana nuestros columnistas Mercurio y Timoteo, junto con el editor, publicarán opiniones que señalan posibles inconsistencias en el manejo de recursos públicos. Y como estamos seguros de que quienes intentan silenciarnos volverán a actuar, reiteramos que estamos preparados para defendernos. Todo intento de hackeo, instalación de spam, phishing o scripts maliciosos será bloqueado automáticamente por los complementos de seguridad. Estos sistemas registrarán la dirección IP del atacante, el proveedor de servicio y otros datos técnicos relevantes, con los cuales procederemos a tomar acciones legales. La transparencia no se negocia, y la defensa de la verdad es parte de nuestro compromiso editorial.

Resulta llamativo que los ataques provengan de ciudades ajenas a la dinámica local de Salamina. ¿Qué interés puede tener un hacker bogotano o paisa en un portal de opinión comunitaria? ¿Quién se beneficia del descrédito de un medio que ha denunciado irregularidades, contratos sospechosos y silencios institucionales? Las preguntas quedan abiertas, pero el patrón es evidente: cuando la crítica incomoda, se busca callarla.

Entre los grupos y páginas que decidieron bloquear nuestras publicaciones se encuentran: Salamina Bicentenaria – Ciudad Poesía, Morro Plancho y el Pesebre de Caldas, Yo También Soy Niguatero, Unidos por Salamina y San Félix, Chismodiario Salamina, Colonia Sanfeleña residente en Manizales, Los otros poetas de Salamina Caldas, Unidos Salamina, Noticias Eje Cafetero, Salamina ciudad Niguatera, El Abuelo, Abuelo Leiva y Epis Redes.

No se trata de una lista para señalar, sino para evidenciar cómo el ecosistema digital local puede convertirse en un espacio de censura cuando se alinean intereses políticos o personales. La pluralidad informativa se debilita cuando se excluye la voz crítica, y la comunidad pierde la posibilidad de contrastar versiones, de debatir y de construir opinión.

Para una comunidad, el bloqueo a la crítica no es solo un acto técnico: es una herida profunda a su derecho a estar informada. La opinión libre, la denuncia argumentada y el periodismo independiente son pilares de la democracia local. Cuando se impide que un medio comparta sus contenidos, se está negando a los ciudadanos la posibilidad de conocer otras miradas, de acceder a información que no está filtrada por intereses partidistas o institucionales. El silencio impuesto no es neutral: favorece al poder, perpetúa la opacidad y debilita el control ciudadano.

En nuestro caso, la respuesta fue clara: no nos vamos a callar. Tras una fuerte inversión económica en mecanismos de seguridad, logramos conjurar los ataques malintencionados. Blindamos el portal, reforzamos los filtros y recuperamos la estabilidad técnica. Pero más allá de lo digital, reafirmamos nuestro compromiso ético: seguir informando, seguir opinando, seguir denunciando cuando sea necesario. Porque el periodismo comunitario no se mide por likes ni por aprobación en grupos de Facebook, sino por su capacidad de incomodar al poder, de dar voz a lo que se quiere ocultar y de sostener la memoria colectiva.

La censura, venga de donde venga, no puede normalizarse. Bloquear una publicación es fácil; construir una comunidad informada, crítica y participativa, no lo es. Por eso, desde Salamina.com.co/larevista seguiremos defendiendo el derecho a la palabra, a la opinión y a la verdad. No somos enemigos de nadie, pero tampoco cómplices del silencio. Nuestra voz es la de muchos que no tienen dónde escribir, que no son aprobados en los grupos, que no tienen acceso a los micrófonos oficiales.

A quienes nos bloquean, les decimos: no buscamos confrontación, buscamos conversación. A quienes nos atacan, les respondemos con firmeza y con seguridad. Y a quienes nos leen, les agradecemos por sostener este espacio de resistencia informativa. Porque en tiempos de censura, cada palabra publicada es un acto de dignidad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *