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Cuando los caballos y la solidaridad galopan juntos

San Félix y Salamina celebraron la cultura ecuestre con dos eventos memorables. Coesa lideró con pasión, transformando críticas en reconocimiento. Caballos, música y solidaridad se unieron en una fiesta que dejó legado: $27 millones en donaciones que cambiaron vidas y reafirmaron identidad territorial. San Félix, donde el polvo del camino huele a tradición

El sol apenas se asomaba sobre los cerros de San Félix cuando los primeros cascos resonaron en el camino de tierra. Era el 18 de mayo de 2025, y el corregimiento —cuna de ganaderos, jinetes y amantes del caballo criollo— volvía a vestirse de fiesta. La Corporación Equina de Salamina (Coesa), fiel a su misión de preservar y promover la cultura ecuestre, organizó el Festival Equino de San Félix, un evento que no solo celebra la elegancia del paso fino colombiano, sino que honra décadas de arraigo campesino, donde el caballo no es solo un animal de trabajo, sino un compañero de vida.

Entre risas, arepas calientes y el aroma del café recién colado, cientos de familias se congregaron en la cancha principal del corregimiento. Niños montaban ponis, ancianos recordaban las cabalgatas de su juventud, y jóvenes criadores mostraban con orgullo sus ejemplares: potros de crines brillantes, yeguas de andar suave, caballos de trote firme y mirada noble. No hubo competencia feroz, sino celebración comunitaria. Y en medio de ese ambiente, se sembró la semilla de lo que vendría semanas después: la gran Exposición Equina Grado B en la cabecera municipal.

Salamina se vistió de gala: caballos, música y corazón

El 29 y 30 de junio, Salamina —con sus balcones floridos y calles rectas adornadas — se convirtió en la capital del caballo criollo colombiano. La Exposición Equina “Grado B”, evento que año tras año reúne lo mejor de la crianza regional, volvió a deslumbrar. En el coliseo de “La Cuchilla”, jurados certificados evaluaron morfología, andares y destrezas de más de 80 ejemplares. Se premió la elegancia del paso fino colombiano, la fuerza del trote y la velocidad del galope. Criadores de Caldas, Quindío, Risaralda y el norte del Tolima se dieron cita para competir, intercambiar saberes y, sobre todo, rendir homenaje a una raza que es patrimonio vivo de Colombia.

Pero esta vez, la noche tuvo un sabor especial. Bajo un cielo estrellado y con las montañas como testigos, el escenario vibró con la voz inconfundible de John Alex Castaño, artista de música popular que, con su mmúsica y su carisma, hizo bailar hasta al más serio de los jurados. “Aquí no se viene a cantar, se viene a sentir”, dijo entre tema y tema, mientras el público coreaba “Déjame llorar” y “Sin ti no soy nada”. Su presentación no fue solo entretenimiento: fue un abrazo musical que unió generaciones, clases sociales y amores por la tierra.

Estos dos eventos no habrían sido posibles sin el decidido respaldo de la Administración Municipal de Salamina, que destinó $95 millones de pesos para garantizar la logística, la seguridad, la infraestructura y la presencia de artistas. En su momento, algunos cuestionamos con firmeza el uso de estos recursos públicos para celebrar una fiesta de caballos. Hoy, con humildad y claridad, reconocemos que estábamos equivocados en nuestras apreciaciones. Lo que presenciamos fue mucho más que una celebración: fue un acto de memoria, de identidad y de comunidad. Al frente de Coesa, como siempre, John Esneider Cardona Gutiérrez, presidente incansable, quien con su sombrero aguadeño y su mirada franca repite, sin cansancio: “Nosotros no buscamos lucro, buscamos legado”. Y ese legado, hoy, se siente más vivo que nunca.

Y ese legado se materializó en cifras con alma.

$27 millones que cambiaron vidas

Fruto de la taquilla, los patrocinios y el corazón de los salamineños, Coesa entregó donaciones que hoy transforman realidades:

• $5 millones para La Mansión del Abuelo San Antonio en San Félix: un hogar de paz para nuestros mayores.
• $1.5 millones para la Banda Sinfónica del Pío XII: instrumentos, partituras y sueños en marcha.
• $800 mil para la Pastoral Penitenciaria: paquetes de higiene que devuelven dignidad a quienes esperan una segunda oportunidad.
• $300 mil para la Fundación Mi Mejor Amigo: porque los animales también son familia.
• $1 millón para mejorar la vivienda de tres ancianos: techos firmes, paredes dignas.
• $1.2 millones para un colectivo juvenil de Mountain Bike: bicicletas, cascos y la libertad de pedalear hacia el futuro.
• $7 millones para el Hogar Nuestra Señora de las Mercedes: salarios pagados, proveedores tranquilos, niños sonrientes.
• Y para 35 familias de bajos recursos, un bono solidario en alimentos: entre $150 mil y $280 mil por hogar. Arroz, aceite, lentejas… y esperanza.

“El caballo criollo no solo nos lleva de un lugar a otro —dijo Cardona al entregar el último cheque—. Nos lleva a recordar quiénes somos, de dónde venimos, y hacia dónde queremos ir. Con él, galopamos hacia la solidaridad”.En Salamina, la tradición no se guarda en museos: se vive, se monta, se canta, se dona. Y mientras los cascos sigan resonando en San Félix y en la plaza principal, mientras artistas como John Alex Castaño sigan emocionando multitudes, y mientras Coesa siga transformando eventos en esperanza… y mostrando resultados claros, esta tierra seguirá siendo, sin duda, una de las más nobles del Eje Cafetero.

Fuente: La Patria de Manizales – Fernando Rodríguez Corresponsal en Salamina

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