Para escuchar la radio, pulse el botón Play ▶️. Use la barra para ajustar el volumen a su gusto.

Envejecimiento poblacional exige acción urgente de gobiernos y comunidades locales

El envejecimiento global y nacional plantea retos críticos en salud, pensiones y cuidado. En Salamina, el 24,4% será mayor de 60 años en 2025. Urge ajustar planes de desarrollo, fortalecer políticas públicas y garantizar atención integral para una vejez digna y activa.

Lo dicen las cifras sobre envejecimiento de la población en el mundo

La tendencia demográfica global demuestra que la proporción de adultos mayores aumenta mientras disminuye la de niños y jóvenes, atribuido esto a la baja natalidad y al aumento de la esperanza de vida. Según la Organización de las Naciones Unidas, ONU, la esperanza de vida pasó de 72,8 años en 2019 a 71,0 en 2021 por la pandemia y para 2024 se ubicó en 73.3 años. Se proyecta para 2054 una esperanza de vida media mundial de unos 77,4 años.

Es tal la alarma sobre el envejecimiento de los habitantes del orbe que, en China, país reconocido por la sobrepoblación, han creado un incentivo para las parejas, consistente en reconocimiento de US$500 dólares al año por cada niño menor de tres años que tengan, por la crisis demográfica que enfrentan. Las alarmas se encienden por la necesidad de establecer estrategias y planes de atención para la sobrevivencia de los adultos y se comprometen valiosos recursos en los presupuestos de los diferentes países y organizaciones. Los desafíos se centran en temas importantes tales como: sistemas de salud; de pensiones y seguridad social; mercado laboral y atención y cuidado.

“Para dar más vida a los años que se han agregado a la vida” es el fundamento de los dieciocho (18) principios adoptados por la ONU en favor de las personas de edad. Sus pilares fundamentales son: Independencia; Participación; Cuidados; Autorrealización y Dignidad. Esto se complementa con acciones de otros organismos como la Organización Mundial de la Salud, OMS, quien define los determinantes sociales de la salud (DSS) como “las circunstancias en que las personas nacen, crecen, trabajan, viven y envejecen, incluido el conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que influyen sobre las condiciones de la vida cotidiana”.

Para aplicar modelos de medición de los DSS se toman en cuenta variables independientes como la edad, el género y la ocupación. La salud disminuye con la edad y el impacto es mayor en la zona rural. El efecto de ésta sobre el estado de salud muestra disminución superior en los hombres que en las mujeres dada su mayor esperanza de vida. Este panorama hace indispensable reorientar los programas de salud con actividades que tengan su foco en la población adulta mayor con actividades de acompañamiento y bienestar.

En Colombia las cifras no son diferentes a la tendencia mundial; según el Minsalud, en 2023 las personas mayores de 60 años representan aproximadamente el 14,5% de la población total, es decir, cerca de 7,6 millones de personas y de ellas el 55% son mujeres. Para 2025 la cifra aumenta al 14,6% y para 2036 se proyecta que la población de 60 años y más, superará a la de menores de 15 años. En 2050 se proyecta que el 25% de la población tendrá más de 60 años, algo más de 15 millones de personas y en 2070, se estima que un tercio de la población colombiana (33%) será mayor de 75 años. Las implicaciones sociales, sanitarias y económicas son de alto impacto. Dicen los estudiosos del tema que de las regiones de Colombia que enfrentan un mayor envejecimiento poblacional son principalmente los departamentos del eje cafetero, debido a la disminución de la natalidad y el aumento en la esperanza de vida de sus habitantes.

En nuestro país se ha desarrollado una Política Nacional de Envejecimiento y Vejez que busca garantizar los derechos y la atención integral a las personas mayores. Estas políticas contemplan:

– Programas para promover estilos de vida saludables y envejecimiento activo.

– Atención continua y oportuna en salud, incluyendo telemedicina y atención domiciliaria.

– Integración de redes de apoyo para el cuidado.

– Un modelo de atención diferenciada que aborde las necesidades específicas de los adultos mayores, incluyendo cuidados paliativos y la gestión de riesgos.

– Planes para capacitación de cuidadores y promoción de la autonomía de los adultos mayores.

– Fortalecimiento de especialidades en geriatría y gerontología para mejorar la calidad de atención. (minsalud. gov.co)

Ahora, la situación en Salamina. Según los datos del DANE con cifras proyectadas del censo poblacional indican que el índice de envejecimiento para el año 2025 es de 24,4%, lo cual significa que la proporción de personas mayores de 60 años respecto a la población total es casi igual a la cuarta parte y suman 4.922 de un total de 20.172 habitantes (DANE). Desde esta cifra surge un indicador de vital importancia para la toma de decisiones en la administración pública, se trata del INDICE DE DEPENDENCIA DEMOGRAFICA, que es la relación entre la población dependiente (menores de 15 y mayores de 65 años) y la población en edad de trabajar (16 a 64 años). Es la carga que la población activa asume para sostener a la población no activa. Para Salamina es del 49,7%, lo ideal es que fuese más baja.

El camino inmediato para conocer que se está haciendo o qué se planea para atender a este sector poblacional, es el Plan de Desarrollo vigente. Una vez revisado se anota que:

a) En las bases del Plan se menciona una “visión de futuro como la construcción de escenarios que generen desarrollo en el largo plazo, buscando dar respuesta en la actualidad acerca de situaciones que se presentarán en un período de tiempo posterior.” Pues bien, ya la realidad latente indica que se debe ajustar el plan para incorporar acciones prácticas y de corto plazo con cobertura especial a la población mayor.

b) En teoría se menciona un glosario de normas a nivel nacional, departamental y local, pero con aplicación espaciada y cambiante de acuerdo con el flujo de los recursos y las prioridades establecidas en otras latitudes. Las acciones locales se focalizan en utilizar los fondos provenientes del recaudo de la estampilla proancianos para financiar proyectos como los centro día y actividades con el club de la salud. La intermitencia de estos recursos no permite coberturas plenas y los problemas de sostenimiento de los ancianatos son evidentes.

c) Se complementa en contenido del plan con el Decreto 49 del 9 de mayo de 2023 que adoptó la política pública de envejecimiento 2023-2028, con el objetivo de promoción, protección, restablecimiento y ejercicio pleno de los derechos humanos de las personas mayores. Es un documento cargado de buenas intenciones, un compendio de compromisos, hasta a nivel internacional, pero con operatividad limitada. Parece más un documento por cumplir requisitos de orden legal que para darle operación real.

d) La meta esperada a 2027 de construir y dotar un centro día requiere de entusiasmo y compromiso desde ahora para alcanzar su realización. Así mismo, se antoja corta la cobertura de 150 adultos mayores atendidos acumulados al año 2027, con servicios de atención integral. Con las cifras descritas indica una cobertura de solo el 3%. Vale la pena una revisión.

Aunque resulte paradójico, urge renovar y dinamizar las acciones de los planes que hagan realidad la política de protección de la vejez. Como en el titular, tienen la “palabra mayor” las autoridades locales.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *