
En la Salamina que tanto amó y ayudó a construir, ha partido don Javier Gómez Botero, padre de nuestro entrañable amigo Germán Eugenio Gómez Mejía y asesor histórico de Salamina.com.co. Su vida fue testimonio de esfuerzo, visión y compromiso con la comunidad.
Nacido en el campo, don Javier supo transformar las raíces humildes en frutos de emprendimiento. Fundó una fábrica de gaseosas, otra de jabones y una panadería, consolidando un legado empresarial que marcó época en la región. Su capacidad para administrar, innovar y generar empleo lo convirtió en referente de desarrollo local.
Pero su mayor obra fue la humana. Durante más de 30 años, lideró con entrega la Sociedad San Vicente de Paúl, sembrando esperanza entre los más vulnerables. Su labor solidaria trascendió lo asistencial: promovió vínculos de fraternidad, dignidad y justicia social entre los salamineños.
También sirvió como Concejal de Salamina, llevando al cabildo la voz de quienes confiaban en su rectitud y visión. Desde allí, defendió los intereses de la comunidad con el mismo fervor que guiaba su vida cotidiana.
Don Javier Gómez Botero no fue solo un emprendedor ni un dirigente: fue un tejedor de comunidad, un hombre que entendió que el progreso verdadero se construye con valores, memoria y afecto. Su legado permanece en cada historia compartida, en cada gesto solidario que inspiró, en cada rincón de Salamina que lleva su huella.
Desde Salamina.com.co, Movimiento PAS y el Nuevo Liberalismo, elevamos nuestro homenaje y gratitud eterna. Su vida fue luz. Su partida, una pausa que nos invita a seguir su ejemplo.
Querido Germán Eugenio,
Hoy la memoria de Salamina se viste de duelo, pero también de gratitud. Ha partido tu padre, don Javier Gómez, y con él se despide una generación que supo sembrar con las manos, pensar con el corazón y construir con la palabra.
Don Javier fue más que un emprendedor, más que un dirigente, más que un político honesto. Fue un hombre que entendió que el verdadero progreso nace del servicio, que la dignidad de los otros es también la propia, y que la historia de un pueblo se escribe con actos de amor silencioso.
Desde la Sociedad San Vicente de Paúl, desde su fábrica, su panadería, su concejalía, desde cada rincón de Salamina que tocó con su presencia, dejó huellas que no se borran. Su legado no está solo en los edificios ni en los registros, sino en las miradas agradecidas, en los gestos solidarios que inspiró, en la memoria viva de quienes lo conocieron.
Y en medio de esta despedida, quiero hablarte a ti, Germán, mi amigo entrañable. Porque tu padre no fue solo un referente para Salamina: fue también el puente que nos une. A través de ti, conocí la nobleza de su espíritu, la firmeza de sus valores, la calidez de su hogar. Tú eres ese hilo que conecta mi juventud en Salamina con mi vida adulta en Cali y en la Patagonia. Y hoy, ese hilo se tiñe de nostalgia, pero también de orgullo.
Sé que el dolor es hondo, que la ausencia pesa. Pero también sé que don Javier vive en ti, en tu mirada serena, en tu compromiso con la memoria, en tu manera de honrar lo que importa. Que su voz te acompañe como un susurro de sabiduría, que su ejemplo te abrace en los días difíciles, y que su historia siga siendo faro para todos los que lo admiramos.
A ti, a tu familia, les envío un abrazo que cruza montañas, plazas y estaciones. Que la paz les encuentre, que el amor les sostenga, y que la memoria de don Javier sea siempre motivo de orgullo y ternura.
Con todo mi afecto
3 respuestas
Nobleza de espíritu, firmeza en sus valores, calidez en el trato. Repito estos calificativos para rendir homenaje a un gran señor, Javier Gómez Botero. Paz en su tumba y un abrazo a sus familiares.
Javier y Florencia fueron una pareja ejemplar de nuestro querido Salamina, tengo lindos recuerdos de Ellos dos y sus hijos ; sentimos muchísimo su pérdida. Eleuterio, has hecho un exacto perfil de lo que fue y representó Javier en nuestro querido terruño.
Caballero cabal, que hacía honor a su estirpe cívica.