Para silenciar pulse stop y para aumentar o bajar el volumen contrólelo por medio de la barra de volumen.

Colombia, te llevo con amor en el alma y en la sangre

Este 20 de julio no celebramos solo la historia, sino la promesa eterna de defender, cuidar y amar esta tierra sagrada. La patria no es un territorio: es un latido colectivo, una herencia viva y un compromiso de todos.

Inspirado en la conocida Oración Patria, que durante años ha sido recitada en espacios militares y cívicos, este mensaje propone revisar nuestras ideas sobre la nación, la identidad y el compromiso con el país que habitamos.

Te llevo con amor en mi corazón

La patria, como se expresa en la oración, no es una idea lejana o abstracta. Es una realidad afectiva. Vivimos en Colombia no solo por nacimiento, sino porque su historia, su paisaje, su gente y sus luchas nos atraviesan. Decir «te llevo con amor en mi corazón» es reconocer que a pesar de las dificultades, seguimos sintiendo un profundo vínculo con esta tierra.

Ese amor no es ciego. Es un amor que reconoce las fallas, pero que elige construir. Que entiende la complejidad, pero no renuncia a la esperanza. Es el amor de quienes se quedan, de quienes vuelven, de quienes luchan desde adentro para mejorar.

Creo en tu destino

Creer en Colombia es un acto de fe y de responsabilidad. Es saber que, aunque el camino ha sido difícil, tenemos el potencial para ser una nación justa, equitativa y en paz. Creer en su destino es apostar por el trabajo honesto, la educación de calidad, la reconciliación y la participación ciudadana.

Cada vez que un colombiano elige servir, dialogar, enseñar, sembrar, emprender, está reafirmando esa creencia. Porque el destino de una patria no está escrito: lo escribimos entre todos, cada día.

Espero verte siempre grande, respetada y libre

Grandeza no es solo extensión territorial o riquezas naturales. Es la calidad humana de su gente, la fuerza de sus valores y el respeto que inspira. Que Colombia sea respetada implica que sus instituciones funcionen, que sus derechos se cumplan, que su democracia se fortalezca.

La libertad, que fue el ideal de 1810, sigue siendo un desafío vigente. Libertad para vivir sin miedo, para pensar distinto, para acceder a oportunidades. Es una meta que debemos proteger desde la acción cotidiana.

En ti amo todo lo que me es querido

La oración menciona glorias, bellezas, hogares, ancestros, sueños. Esa enumeración define lo que significa patria. Es el espacio donde construimos nuestras relaciones, donde se forman nuestros valores y donde buscamos un futuro.

Amo tus glorias, dice el texto, porque son los logros colectivos que nos unen: la independencia, la cultura, la resistencia, la innovación. Amo tu hermosura porque pocos países tienen la diversidad que tenemos. Amo mi hogar, porque es donde se forma la conciencia ciudadana.

Y también amamos las tumbas de nuestros mayores, no por romanticismo, sino porque entendemos que el presente nace del pasado. Que nuestras creencias, esfuerzos y sueños están ligados a una historia común.

Ser soldado tuyo es la mayor de mis glorias

Esta frase puede leerse de muchas formas. Ser soldado no implica necesariamente portar un arma o un uniforme. También son soldados quienes enseñan, quienes curan, quienes protegen, quienes defienden los derechos humanos, quienes trabajan por la niñez, quienes denuncian la corrupción, quienes crean con honestidad.

Servir a Colombia desde cualquier trinchera —sea rural o urbana, civil o institucional— es un acto de grandeza. Es un llamado a comprometerse con el bienestar colectivo.

Mi ambición más grande es la de llevar con honor el título de colombiano

Hoy, en medio de un mundo globalizado, donde las identidades se difuminan, llevar con honor el título de colombiano es un acto de afirmación. No por orgullo vacío, sino por conciencia plena de lo que representa.

Significa cuidar el nombre del país, no desde el nacionalismo excluyente, sino desde el deseo de ser mejores. Significa representar lo bueno que tenemos: la creatividad, la solidaridad, la música, la resistencia, el talento.

Y llegado el caso, morir por defenderte

Morir por Colombia no siempre es un hecho literal. Hay quienes dan la vida lentamente: con su tiempo, su energía, su salud. Otros han caído en conflictos que aún duelen. Pero también está morir al egoísmo, al silencio, a la indiferencia.

Defender a Colombia es vivir por ella con coherencia. Es no rendirse ante la corrupción, es exigir justicia, es educar con valores, es construir paz desde cada esquina.

Un llamado al compromiso ciudadano

Este 20 de julio, más que celebrar una fecha, celebremos el sentido de pertenencia. La independencia no fue un logro terminado en 1810, sino un proceso que continúa. Cada generación tiene el deber de renovarla, de defenderla y de ampliarla.

Hoy más que nunca, Colombia necesita ciudadanos activos, responsables, comprometidos. Que no esperen soluciones desde arriba, sino que se involucren desde abajo. Que construyan comunidad, que dialoguen, que escuchen, que participen.

En las próximas elecciones presidenciales, el compromiso debe ser total: el 100% de los colombianos inscritos en el censo electoral debemos salir a votar. Ya no hay espacio para la indiferencia ni para delegar el rumbo del país en manos ajenas. Nuestra patria nos necesita despiertos, firmes, unidos. O nos unimos… o nos hundimos. El momento de asumir la democracia como un deber ineludible es ahora.

Recordar la Oración Patria no es un gesto nostálgico. Es un recordatorio de lo que podemos y debemos ser. Es una guía para actuar. Es un llamado a vivir la colombianidad con profundidad, con sentido y con propósito.

Porque como dice su primera línea: «Colombia, patria mía: te llevo con amor en mi corazón». Y ese amor, si es verdadero, debe transformarse en compromiso.

¡Feliz Día de la Independencia!.

Oración Patria

Colombia patria mía:
te llevo con amor en mi corazón,
creo en tu destino
y espero verte siempre grande,
respetada y libre.
En ti amo todo lo que me es querido:
tus glorias, tu hermosura, mi hogar,
las tumbas de mis mayores,
mis creencias, el fruto de mis esfuerzos
y la realización de mis sueños.
Ser soldado tuyo es la mayor de mis glorias.
Mi ambición más grande
es la de llevar con honor el título de Colombiano,
y llegado el caso, ¡morir por defenderte!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *