Timoteo, Chismes en la Cigarra – Nuestra Tercera Entrega Bicentenaria

“Timoteo y los chismes en La Cigarra”, una columna chispeante donde, entre tintos y risas, se cuentan los cuentos del pueblo. Aquí todo se dice… pero no se le sostiene a nadies. ¡Bienvenidos al rumor salamineño!

Por Timoteo, el que navega… pero no en la web del municipio

1.- La web de Salamina: un fantasma con logo oficial

¡Ave María, qué pena tan grande!

Uno se sienta con tinto en mano, abre el computador todo esperanzado y teclea “Salamina Caldas – página oficial” pensando que va a encontrar la joya digital del Bicentenario. Y no. Lo que encuentra es un desierto más seco que la nevera de estudiante: una página web que más bien parece una maqueta de hace diez años.

¡Qué vergüenza, hombre! Si Salamina va a cumplir 200 años, ¿no sería hora de tener una web decente, completa, informativa y, sobre todo, útil? Porque lo que hay ahí es apenas una escueta programación —que bien podría estar pegada en una cartelera del parque— y uno que otro banner con diseño de PowerPoint 2003.

Y no es solo la estética, no señor. Es la falta de contenido, de transparencia, de respeto con los ciudadanos. ¿Dónde está la información sobre la contratación de las fiestas? ¿Dónde están los datos legales que exige la ley? ¿Dónde está el derecho a saber? Porque ni el mapa de la parroquia aparece, y si uno quiere saber dónde queda la Casa de la Cultura, mejor que le pregunte al vecino.

Y entonces uno se pregunta: ¿qué hace ese famoso equipo de comunicaciones, que se pasea por los eventos como si fueran luminarias de televisión, con camarita en mano y cara de “influencers institucionales”? Porque lo que es informar, rendir cuentas, subir contenido útil… brillan por su ausencia.

Queridos funcionarios, si van a cobrar como comunicadores, ¡trabajen como tales! Que una web municipal no es solo para decorar el acta de gestión, es para servirle a la gente, desde el campesino que busca información de subsidios hasta el turista que quiere llegar sin perderse.

Y no me vengan con el cuento del presupuesto, que plata para rumba sí hubo, y bien repartida y sin publicar los contratos y los contratistas. Entonces, ¿para tener una página web digna no alcanza? A otro perro con ese hueso.

Salamina merece estar conectada con su gente, con su historia y con el mundo. Porque lo digital no es el futuro: es el presente que nos están dejando en blanco y sin hipervínculo.

2.- “Fundación ‘Impacto Creación’: mucho impacto, poca creación y plata por montones”

¡Ayyy, mijo, traigan la totuma con hielo porque este chisme viene hirviendo como aguapanela en olla’e lata! ¡Y no lo digo yo, lo dice el papel, que aguanta todo… pero también lo revela todo!

Resulta y acontece que a la celebración del Bicentenario de Salamina le están saliendo más ceros que a la cuenta de celular de Doña Esperanza cuando se pone a mandar cadenas de oración por WhatsApp. Y mientras el pueblo se entretiene con bumbunes, pañuelos y foto pa’ la postal, por detrás se firmó un contratito que deja a más de uno rascándose la cabeza (y no precisamente por caspa).

¡Prepárense! Porque por ahí se lee que por “prestar servicios de apoyo para llevar a cabo la organización, coordinación, ejecución de todas las actividades logísticas, técnicas, artísticas, culturales, turísticas y operativas” (¡respire, mijito, que esto no tiene comas ni vergüenza!), se firmó un contrato por la módica suma de… ¡OCHOCIENTOS SESENTA Y CINCO MILLONES SETECIENTOS DIEZ MIL PESOS! Sí, leyó bien. ¡Casi mil millones pa’ celebrar los 200 años de la patria chica!

¡Ay, don Vladimir, no se nos vaya a ofender, que aquí en La Cigarra se chismea, pero también se agradece! Y como diría la tía Aurita entre un sorbo de café y otro de veneno: “el que tiene la lengua larga, debe tener el corazón agradecido”.

Así que va este mensajito con todo el sabor de Timoteo, entre reverencia pueblerina y picardía sin censura:

¡Disculpe, don Vladimir… y mil gracias por el chisme bien documentado!

Aquí en La Cigarra, donde el eco de los contratos retumba más que las campanas del templo, hemos tenido el descaro —pero también el buen gusto— de apropiarnos con cariño de sus informes sobre la contratitis que azota a nuestro querido pueblo. Porque usted ha hecho lo que muchos no se atreven: ponerle nombre, número y apellidos a la feria de papel sellado que se pasea por la alcaldía como Pedro por su cuadra.

No nos copiamos por vagos, ¡nos inspiramos por valientes!

Así que, con el debido respeto y una flor de sarcasmo en el ojal, le decimos:

¡Gracias por alumbrar con datos esta oscuridad de favores y compadrazgos!

Y si se le antoja venir a La Cigarra, el tinto va por cuenta de la casa… ¡y los chismes, también!

“Aquí no sembramos noticias, pero recogemos rumores bien fertilizados”.

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