
La primera vez de todo acontecimiento importante se queda en la memoria de las personas como un patrimonio histórico. No era la primera vez que tomaba licor, pero sí la primera vez que tomaba vino. Invitaron a mi mamá a casa de Rubén Castro en Salamina y ella me pidió que la acompañara. Rubén buena persona y amigo, es hijo del cieguito Castro, así lo conocíamos, lo veíamos sentado en el portón de una casa a un costado del parque de Bolívar. El cieguito símbolo de humildad y tenacidad, con la generosidad de los buenos salamineños, logró educar ejemplarmente a Rubén y sus otros hijos. Rubén invitó a una reunión de fin de año y acompañado de sus amigos músicos animaron una linda fiesta. Mi mamá llevó una botella de vino Sansón del que ella tomaba una copa en la mañana.
En los años sesentas ni en Salamina ni en Colombia existía cultura de vino y sólo en celebraciones especiales se sacaba una botella de vino de manzana, Cherrinol, vino Rivelino o por supuesto el eterno vino Sansón de los abuelos. Pues allí, al compás de la hermosa música de Rubén y sus compañeros, me tomé una copa de vino Sansón. Pero la verdad, no podría decir que fue mi primera experiencia porque ninguno de estos vinos se compadecen con su género ya que el vino procede de vid, de la uva, por lo tanto no puede haber vinos de manzana, naranja o tantas otras cosas que le llaman vino. Solo que por generosidad de la Academia de la Lengua Española, por extensión pueden utilizar este nombre.
Ahora si puedo decir que mi primera copa de vino fue en un vuelo de Aereolineas Argentinas entre Bogotá y Buenos Aires, bastante largo por cierto y viajaba con motivo de estudio. A la hora del almuerzo, la azafata me pregunto que si prefería acompañar con agua o con tinto, yo le dije que acostumbraba con leche. El pasajero del lado, un instructor de aviación argentino que andaba de regreso de vacaciones con su familia, se sonrió y me dijo: en Argentina toman leche los niños y los ancianos, todavía estás muy joven y vas a permanecer un buen tiempo en nuestro país, por lo que debes empezar a acostumbrarte a acompañar las comidas con vino. Así que para la cena pedí tinto, que no era café, como pensé inicialmente, sino vino tinto. Me trajeron con la comida una botellita como de cuarto del litro, muy bonita por cierto y me la voltee de una. Recuerdo que al rato el señor del lado me estaba moviendo el brazo y diciéndome: llegamos Ezeiza (Aeropuerto de Buenos Aires). La primera copa de vino me fundió.
Poema gráfico que aparece en la carátula de mi liro: Por una copa de vino
En una copa de vino
Cristo se eternizó
En una copa de vino
El gran amor se añejó
En una copa de vino
Embrigué honores
Con una copa de vino
Lágrimas y dolores
Por una copa de vino
Soy lo que soy
2 respuestas
En Salamina Caldas , utilizaban la mixtela , que era una especie de vino echo de frutas y fermentado estilo chicha. Solamente lo utilizaban en ocasiones especiales y las familias distinguidas de la época
Gracias Bonel por trasladarnos con tu forma de escribir tan amena a esos momentos tan familiares y salamineños en torno al vino.