
El 34° Festival Nacional del Pasillo Colombiano, que este año rinde homenaje a los Hermanos Hernández, ya tiene imagen oficial. El pasado 28 de abril, se llevó a cabo la deliberación del jurado calificador que evaluó las propuestas presentadas en la convocatoria pública para el diseño del afiche oficial. Este ejercicio creativo, abierto a diseñadores de todo el país, se convirtió una vez más en una muestra de talento, sensibilidad estética y compromiso con la identidad cultural colombiana.
En total, se recibieron 13 propuestas que fueron evaluadas de acuerdo con los parámetros establecidos en la convocatoria. Los participantes fueron:
• Andrés Camilo Alzate Ocampo
• Brahian Stiven Castro Ortiz
• Cristian Camilo Marín López
• Juan Camilo Escobar López
• Juan Miguel Puerta
• Karol Daniela Candamil Henao
• Laura Carolina Rodríguez Ospina
• María José Betancur
• Paola Andrea Licht Cadena
• Santiago Franco Ramírez
• Sebastián Ríos Rojas
• Sergio Cárdenas Castrillón
• Víctor Manuel Arroyave Becerra
Cada uno de ellos presentó una visión personal e inspirada sobre el Festival y el Pasillo Colombiano, reafirmando el valor simbólico de este género como parte viva de nuestro patrimonio musical.
Un jurado comprometido con la identidad cultural
La selección del afiche ganador estuvo a cargo de un jurado con reconocida experiencia en el ámbito artístico, visual y cultural: Javier Fernando Gómez Estrada, Guillermo Trujillo Candamil y Juan Ricardo Orozco López.
Los criterios de evaluación establecidos incluyeron:
• Adecuación al formato solicitado.
• Pertinencia del diseño con la temática del Festival.
• Capacidad publicitaria y persuasiva.
• Uso eficaz de los recursos visuales.
• Coherencia con la reseña conceptual.
Tras una revisión minuciosa, el jurado definió como obra ganadora la propuesta del diseñador Brahian Stiven Castro Ortiz, destacando su fuerza simbólica, claridad visual y conexión emocional con el espectador.
Una imagen que baila al compás del corazón
El afiche ganador no solo cumple con las exigencias gráficas del certamen, sino que se convierte en un relato visual del Pasillo Colombiano. En palabras del autor, “esta imagen es una oda visual a la identidad cultural del pasillo colombiano. En una sola imagen se fusionan color, tradición y emoción”.
Uno de los aspectos más destacados del diseño es la forma en que representa la edición número 34 del Festival. El número ha sido ilustrado como una fracción, 3/4, en alusión directa al compás musical que caracteriza al pasillo. Este sutil pero poderoso recurso conecta al espectador de manera inmediata con la esencia musical del evento.
En el centro del afiche, una pareja con vestuario tradicional evoca la conexión entre el baile, el canto y la memoria colectiva de generaciones que han encontrado en el pasillo una forma de narrar sus historias. La arquitectura colonial de Aguadas, los tejados típicos, las flores flotantes y la vibrante paleta de colores enmarcan este homenaje visual al folclor andino.
Opiniones del jurado
El jurado expresó su valoración con profundidad y sentido crítico. Guillermo Trujillo Candamil señaló que “un buen afiche, como pieza publicitaria, debe tener un impacto visual tan claro que diga todo sobre el evento con solo verlo. Esta imagen lo logra: emociona, conecta y convoca. Es una pieza con lógica visual, bien trabajada desde el color y la composición.”
Por su parte, Javier Fernando Gómez Estrada resaltó que el diseño “muestra una evolución frente a versiones anteriores y refleja lo que promete en su reseña: color, tradición y emoción. Además, es una propuesta 100 % original, sin intervención de inteligencia artificial, como lo aclara su autor.”
Juan Ricardo Orozco López, a su vez, consideró que el afiche “constituye una historia visual que vibra con la esencia del pasillo colombiano. Presenta una pareja joven como símbolo de continuidad y tradición, incluye la bandera de Aguadas en los trajes, y fusiona elementos musicales y arquitectónicos que exaltan el legado de los Hermanos Hernández. Es una propuesta integral, coherente y visualmente poderosa.”
Una imagen, una historia compartida
El lema de esta versión del Festival —“Pasillo, un ritmo que cuenta historias”— encuentra en este afiche una representación genuina. Cada elemento de la imagen está pensado para hablar no solo del evento, sino del alma del pasillo: una música que nace del corazón y que ha sido la banda sonora de generaciones de colombianos.
Este diseño fue descrito por su autor como “una propuesta creada desde cero, 100 % original y sin intervención de inteligencia artificial”, aspecto que también fue valorado por el jurado, en un momento donde la creación humana se revaloriza por su sensibilidad, criterio y conexión emocional.
Agradecimientos y celebración del talento
La Junta Organizadora del 34° Festival Nacional del Pasillo Colombiano agradece sinceramente a cada uno de los participantes por haber aceptado el reto de imaginar visualmente un evento que hace parte del corazón cultural del país. La calidad de las propuestas recibidas fue un reflejo del talento y el compromiso de quienes creen en el poder del arte como medio de comunicación, memoria y celebración.
Con la presentación del afiche oficial, se da inicio al camino que conducirá a una nueva edición del Festival, una fiesta del alma donde se encuentran la música, la danza, la palabra y la identidad.
Explicación de la obra:
“Pasillo, un ritmo que cuenta historias” …
Durante el proceso creativo del afiche oficial del 34° Festival Nacional del Pasillo Colombiano, orienté mi trabajo en torno a tres pilares fundamentales: el concepto, la conexión emocional y el poder de convocatoria. Cada uno de estos aspectos fue abordado con rigurosidad, sensibilidad y compromiso, para asegurar que el resultado final no solo transmitiera un mensaje claro, sino que lograra cautivar visual y emocionalmente al espectador.
Desde el inicio, comprendí que el diseño debía ir más allá de una simple ilustración promocional. Se trataba de construir una imagen que hablara desde el alma del Pasillo colombiano, que evocara la riqueza de nuestra tradición musical y que lograra establecer un puente entre el presente y el legado cultural que representa este ritmo. Así, el concepto del afiche se cimentó en la idea de un homenaje visual a nuestra identidad, a nuestra historia compartida y a la belleza viva del folclor.
El proceso comenzó de forma manual, con una etapa de exploración en la que realicé bocetos a mano alzada. Esta fase fue esencial para conectar de manera más orgánica con la idea central y permitirme una mayor libertad expresiva. Al trazar directamente sobre el papel, logré capturar las emociones y sensaciones que deseaba transmitir, sin las limitaciones iniciales del entorno digital. Esta cercanía con el dibujo manual me permitió sentir la energía del Pasillo, su compás, su movimiento y su calidez.
Una vez definidas las líneas maestras de la composición, llevé el diseño al entorno digital, vectorizando cada elemento cuidadosamente a punta de mouse. Este paso implicó un trabajo minucioso, paciente y lleno de precisión. Cada curva, cada línea y cada color fue trabajado con dedicación para mantener la fidelidad al concepto original y lograr una pieza visual profesional, coherente con la identidad del festival y respetuosa con su profundo sentido cultural.
Uno de los elementos simbólicos más destacados del afiche es la forma en que se presenta la edición del festival: el número 34 se representa gráficamente como 3/4. Esta elección no es accidental. Con sutileza y maestría, esta fracción alude al compás del Pasillo colombiano, evocando el ritmo que lo caracteriza y recordándonos que esta música se vive a tres tiempos, como el latido constante de quienes han hecho del Pasillo una forma de vida. Es un guiño simbólico que reafirma la conexión entre el arte visual y el lenguaje musical.
El corazón del afiche está en la pareja central, ataviada con vestimenta típica. Su expresión refleja complicidad, orgullo y pasión. No solo bailan: narran, evocan y representan a las generaciones que han hecho del Pasillo su forma de contar historias. Son emblema de una identidad compartida, de una memoria viva que se expresa en pasos, melodías y emociones. En ellos se reflejan los abuelos que aún cantan con ternura, los niños que aprenden los pasos con alegría y los artistas que hacen del escenario un lugar sagrado.
El fondo no es decorativo, sino profundamente simbólico. Los tejados de Aguadas y su arquitectura colonial actúan como un abrazo visual a la historia de este municipio caldense, cuna del festival. Cada teja, cada color, habla de un pueblo que ha sabido conservar, proteger y enaltecer este legado. Las flores, con sus pétalos flotando, no son solo ornamentos; representan el arraigo, la alegría y el renacer constante del Pasillo, como una flor que brota con fuerza y belleza en cada generación.
El lema del festival, “Pasillo, un ritmo que cuenta historias”, encuentra en este diseño una representación genuina. Cada trazo del afiche es una narrativa: la de los músicos que interpretan con el alma, la de los bailarines que honran a sus ancestros con cada giro, la del pueblo que resiste y florece con su tradición.
Este diseño no fue creado con plantillas ni inteligencia artificial. Es una obra 100 % original, nacida desde cero, desde el pensamiento y la emoción de un creador que respeta el arte del diseño y lo entiende como una forma de contar historias. Porque el diseño, cuando se hace con propósito, es también un acto de memoria, de amor y de celebración.
Por su fuerza simbólica, su claridad visual y su capacidad para conmover y convocar, esta propuesta representa de manera integral el espíritu del 34° Festival Nacional del Pasillo Colombiano. Porque más que una imagen, este afiche es una historia ilustrada que honra la música que nos identifica y nos une.